Creo que ya encontré uno de los puntos por el que soy tan desconfiada de la gente. Y es que cómo confiar en personas que te juran lealtad de por vida, y a los dos días después te explotan la casa (no puedo generalizar, que no se malentienda). Pensé que lo del golpe de estado no me afectaba tanto, porque no estuve en esa etapa de la historia chilena, pero ahora me di cuenta de que sí, sí me afecta. Y diganme, quién no se quiebra, viendo que el primer presidente elegido por votos del pueblo y no a punta de balazos, es atacado por la propia gente que le juro fidelidad a él y al país con el que se estaban comprometiendo. Cómo no llorar por aquellos hombres que murieron por ser fieles, por no ser traidores, por haber cumplido con su juramento, con su honor. Además de todos aquellos hombres que no murieron, pero que fueron leales, que hoy pueden vivir sin ese peso en sus conciencias. Y además como no llenarse de odio por la corrupción y por el poder de facto que tiene EEUU sobre nosotros, osea!! en cuanto Allende chileniza el cobre, el presidente (Nixon creo que era) comienza toda una campaña en contra de Allende, pagandole a miles de camioneros para que hicieran huelgas, e impidiendo que los almacenes se abastecieran de productos. Los pobres tenían poder de compra, pero qué compraban? Aire? No se puede vivir de aire. Y pensar que esto no corresponde a ninguna película, ni a ningún otro país lejano a Chile, no, es parte de nuestra historia. También me duele imaginar a toda esa gente torturada que sigue con vida y ha tenido que vivir con ello. Además es necesario recalcar, toda la represión, la ira, la falta de libertad y el enclaustramiento que vivió nuestro país y que por supuesto dejó quedo como consecuencia. ¿Cómo es posible que todavía, luego de tantas masacres mundiales, se siga utilizando la violencia como un acto de conveniencia? ¿Cómo confiar en un mundo tan traicionero?