Perdida
El peso de las palabras y las ideas me ha corrompido y me ha alejado de la pequeña yo. Quizá todo comenzó cuando por primera vez me sucedió eso. Sin inhibiciones y con los ojos brillosos, debajo de la mesa, estaba construyendo pequeñas utopías. Hoy sin embargo el caluroso aire de la ciudad me apaga y poco a poco voy perdiendo forma entre los cojines verdes. Sentada, pasan sobre mí las imágenes de un corto tiempo feliz, hayá sí, donde no era aquí, ni en esta hora. Mientras tanto las hormigas me deboran, y ni siquiera soy dulce. Luces, burbujas y recuerdos de película casera me atormentan por las noches y los días, y las horas, todo. Galletas nocturnas entre realidad y sueño, creando una sorpresa mucho más especial. Aquí dentro hoy me duele, me duele de verdad, aunque no se crea, y es que me hecho de menos. Mis manos cambiaron, mis pies también.